En mayor o menor medida, a casi todo el mundo le gusta el cine, así en general, sin hablar de directores, actores o géneros cinematográficos. A unos les entusiasma la comedia, a otros el cine negro, a los de más allá el de acción o las películas históricas. A los críticos, habitualmente, les apasionan las películas-muermo, esas en las que apenas pasa nada pero que duran 17 horas, o al menos eso me parece a mí.
También están los apasionados de la ciencia ficción o el terror, que habitualmente suelen ser los mismos, o solemos ser los mismos, porque es mi caso, y gozan/gozamos del gore, la sangre y las vísceras que inundan hasta el patio de butacas.
Sea como fuere, el cine tiene una serie de claves que se repiten constantemente y que, aunque no nos permiten muchas veces adivinar el desenlace final de la película, sí que nos ayudan a predecir cómo se va a resolver una escena concreta.
Mi hija, cuando veíamos alguna película juntos y me adelantaba al desarrollo de los acontecimientos, solía preguntar, con la inocencia de sus siete años: "Papi, ¿ya has visto antes esta película?" Y algunas veces le respondo que no, que me imagino lo que va a pasar porque ya lo he visto... pero en otras películas.
Todavía no sé si me cree, y ya tiene 21.
En este blog, de duración indefinida como todo en la vida, recordaremos algunas de esas claves, algunas de esas situaciones que, en el fondo, se repiten en todas y cada una de las películas que vemos. O en casi todas, que tampoco conviene exagerar.
Es cierto que algunos géneros son más proclives que otros a tener estereotipos, por ejemplo el terror, los thriller o las películas de acción, pero siempre podremos encontrar escenas intercambiables en cualquier tipo de cine.
Uno de los ejemplos más claros de esto que os estamos contando es el denominado "Síndrome Jason", que toma su nombre del archiconocido protagonista de la reputada serie cinematográfica Viernes 13 . Podría llamarse también síndrome Freddy Kruger o síndrome Michael Myers, pero Jason suena más redondo, más rotundo.
Aunque se pueden hacer múltiples ampliaciones y matizaciones, el Síndrome Jason podría definirse brevemente de la siguiente manera: "Todo malvado aparentemente muerto cogerá del tobillo a quien se atreva a pasar junto a su (presunto) cadáver".
Puede también añadirse que "la probabilidad de que esto suceda aumenta considerablemente si quien pasa junto al cadáver es una mujer".
Estudios absolutamente científicos han demostrado que, incluso en el caso de que el despiadado criminal haya recibido el impacto de 72 balas, 9 cuchilladas, 4 hachazos y haya caído desde una altura de 3 pisos, si alguien pasa cerca de su mano, ésta se aferrará violentamente a la extremidad más cercana del incauto/incauta que desconozca los efectos del Síndrome Jason.
Este fenómeno se advierte especialmente en las películas de terror, pero también aparece con frecuencia en el género policiaco o negro con bastante asiduidad, o en cualquier otra película en la que algún malvado sea violentamente apiolado por los buenos.
Una de las excepciones la constituye la serie de televisión "Se ha Escrito un Crimen", protagonizada por la escritora Jessica Fletcher , alias 'el beso de la muerte', porque lugar al que viaja, rápidamente aparece un fiambre. De hecho, los pocos amigos y parientes de Jessica Fletcher que aún sobreviven huyen de ella como de la peste para no acabar muertos o enchironados como sospechosos de algún asesinato.
Como decíamos, los muertos de esta serie no mueven ni una pestaña, mucho menos la mano.
Para los muy despistados, éste es Jason Voorhees:
Que bueno volver a leer tus columnas queridisimo Rich, aqui me tendrás como lectora constante, un beso enorme!! no le aflojes esta vez!
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