viernes, 10 de septiembre de 2010

B. B.

Que no se entusiasmen los cincuentones rijosos que puedan leer este post. B. B. no significa Brigitte Bardot, ni tan siquiera Barbara Bouchet, ni mucho menos Big Boobs. Continuando con el post anterior, Mis Libros, B. B. son las iniciales de Bertolt Brecht.
Es una suerte que un blog sea fundamentalmente algo escrito, dada mi manifiesta inutilidad para recitar poemas, entre otras muchas cosas que hago mal, como muy bien saben mis amigos. Mis enemigos huyen de mí como de Hacienda, así que no tienen que soportarme. Por eso, afortunados vosotros, os libráis de que os lea algunos de los que están contenidos en Poemas y Canciones. Y, para no aburriros demasiado, de los muy largos sólo os transcribiré algunos versos. Pero hay otros que, en su totalidad, apenas llegan a las cinco o seis líneas. Por ejemplo, éste que lleva por título El Cambio de Rueda y que fue escrito en 1953:

Estoy sentado al borde de la carretera,
el conductor cambia la rueda.
No me gusta el lugar de donde vengo.
No me gusta el lugar adonde voy.
¿Por qué miro el cambio de rueda
con impaciencia?


En 1921, cuando contaba con 23 años, Bertolt Brecht escribió una especie de carta de presentación, una declaración de principios, la Balada del pobre Bertolt Brecht. Veamos un fragmento:

Yo, Bertolt Brecht, vengo de la Selva Negra.
Mi madre me llevó a las ciudades
estando aún en su vientre. El frío de los bosques
en mí lo llevaré hasta que muera.
Me siento como en casa en la ciudad de asfalto.
Desde el principio me han provisto de todos los sacramentos de muerte:
periódicos, tabaco, aguardiente.
En resumen, soy desconfiado y perezoso, y satisfecho al fin.

Los tiempos que vivió Bertolt Brecht no fueron buenos para la lírica. Obligado por los nazis a exiliarse de Alemania en 1933, vivió en Escandinavia hasta que emigró a Estados Unidos en 1941. Allí trabajó como guionista cinematográfico en Hollywood, un ambiente y un trabajo que retrató con gran ironía en sólo cuatro versos. Para qué más.

Para ganarme el pan, cada mañana
voy al mercado donde se compran mentiras
Lleno de esperanza,
me pongo a la cola de los vendedores.


Obviamente, Brech era contrario al nazismo, a Hitler (a quien llamaba el pintor de brocha gorda), a la guerra y al imperialismo, y escribió entre 1937 y 1938 una serie de poemas breves reunidos en el Catón de Guerra Alemán.

Para los de arriba
hablar de comida es bajo
Y se comprende porque
ya han comido.
Los de abajo tienen que irse del mundo
sin saber lo que es
comer buena carne.
Para pensar de dónde vienen
y a dónde van,
en las noches hermosas
están demasiado cansados.
Cuando los de arriba hablan de paz
el pueblo llano sabe
que habrá guerra.
Cuando los de arriba maldicen la guerra,
ya están escritas las hojas de movilización.
Los de arriba dicen:
este es el camino de la gloria.
Los de abajo dicen:
este es el camino de la tumba.

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