viernes, 24 de septiembre de 2010

Hablar por hablar

Existe una curiosa teoría para explicar la costumbre de hablar hasta por los codos que tienen algunos seres humanos. Esta teoría sirve especialmente para quienes se empeñan en afirmar o reafirmar continuamente lo que a todas luces resulta claro y evidente.
Son frases como "hace un buen día", en Sevilla en pleno mes de agosto y con un sol de injusticia.
O, "es usted muy alto", dirigida a Pau Gasol.
O, mismamente, "¡¡oh, cielos, vamos a morir!!", mientras quien exclama esto viaja en una frágil avioneta que, envuelta en llamas, se precipita hacia el suelo desde 10.000 metros de altura.
Esta teoría que antes había mencionado dice lo siguiente: 

"Si los seres humanos dejasen de hacer ejercicio con los labios, la boca se les quedaría agarrotada."


A propósito de lo antedicho, estudios posteriores han ido aún más lejos y han demostrado que, si los seres humanos dejan de hacer ejercicio con los labios, su cerebro comienza a funcionar... lo que, evidentemente, resulta mucho más peligroso.


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