Ateo recalcitrante como soy, a más de uno le extrañará que las dos últimas entradas de este blog estén dedicadas a dos iglesias, pero lo que se cuece dentro de los edificios no tiene nada que ver con su imagen exterior. Y en el caso de ésta en concreto, la iglesia me trae recuerdos de cuando, durante el franquismo, el cura de San Antón prestaba sus locales a los estudiantes universitarios en los períodos de huelga estudiantil, que eran muchos, y no por cuestiones académicas precisamente......
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