En un armario en casa tengo un montón de discos de vinilo que hace milenios que no escucho. La razón es, a la vez, sencilla y estúpida: desde que se me estropeó el último giradiscos, no he vuelto a comprar otro. Muchos los he conseguido posteriormente en formato digital, y algunos de ellos tienen su historia...
El disco (doble) Journey Through The Past (1972) es, como dice su cubierta: "Original Soundtrack Recordings Journey Through the Past" a film by Neil Young. No he visto la película, nunca se ha estrenado en España, pero el disco es fantástico como documento: hay canciones de Buffalo Springfield en concierto(For What is Worth); de Crosby, Stills, Nash & Young (Find the Cost of Freedom, Ohio, otra canción que estuvo prohibida en España y no se publicó en la edición original de Four Way Street); de Young con los Stay Gators; canciones como Soldier, que creo que no están en ningún otro disco, Alabama, Southern Man, Words, Are You Ready for the Country... y otras más.
Tengo muy mala memoria para los años, pero creo que lo compré en 1973. En todo caso, antes de 1975, año en el que murió Franco (conocido entre mis amigos como La Víbora).
Yo había viajado a Biarritz para asistir a un festival de cine que organizaba una asociación de Zaragoza (sí, una asociación zaragozana en Biarritz HaHaHa) y, de paso, aproveché para comprar algunos discos: además de este, Volunteers, de Jefferson Airplane, por ejemplo. Regresábamos a Bilbao un sábado de abril, eso sí lo sé, porque al día siguiente, domingo, se celebraba el Aberri Eguna, el Día de la Patria Vasca, celebración prohibida, por supuesto.
Habíamos viajado a Francia otro amigo y yo pero, cuando regresamos, traíamos en el coche a otro conocido que nos habíamos encontrado en Biarritz. Al llegar a la frontera española, nos paró la Guardia Civil y nos registró el coche de arriba a abajo. Hasta aquí, todo era normal, el procedimiento habitual con la policía española de la frontera. Pero... uno de los guardias "descubrió" en una bolsa los discos que yo llevaba.
Aunque Volunteers también estaba prohibido por la dictadura, no le hizo ni caso, pero cuando llegó a Journey Through The Past se quedó mirando el disco como si fuera material explosivo terrorista. Y todo porque, en la cubierta, se ve a varios miembros del Ku Klux Klan montados en sus caballos y enarbolando las clásicas cruces. Y eso, en su ignorancia, al policía le debió parecer altamente sospechoso.
"¿Qué es esto?", me preguntó, señalando a los jinetes.
"Un disco que he comprado en Biarritz", le contesté con mi mejor sonrisa.
"Ya veo que es un disco", me gritó mientras extraía los discos de sus fundas, "pero un disco de qué."
"De un cantante canadiense que se llama Neil Young", respondí, aguantando a duras penas la risa: el policía había sacado los dos vinilos y, en aquel momento, los estaba observando atentamente, examinando los surcos de cada lado como si quisiera descubrir qué subversivos mensajes se ocultaban dentro. "Como no lo conoce casi nadie en España, no lo han publicado y, por eso, lo he tenido que comprar en Francia."
El policía seguía mirando los surcos, de lejos, de cerca, al trasluz... de todas las maneras posibles. Yo ya pensaba que me los iba a requisar y nos iban a llevar a los tres a la comisaría cuando me los entregó y, tras preguntar a sus compañeros si habían encontrado algo en nuestro coche, nos ordenó que nos fuéramos.
Guardé los discos en las fundas, subimos al coche y nos alejamos del puesto fronterizo lo más rápido que pudimos. A lo largo del camino de vuelta hasta Bilbao, unos 100 kilómetros de autopista, nos encontramos con varios controles policiales en la carretera. En algunos nos pararon y registraron, en otros no nos hicieron ni caso.
Cuando llegamos a Bilbao, al despedirnos del conocido que habíamos traído, éste se puso a reír como loco. Extrañados, le preguntamos qué le pasaba. Entre carcajadas, nos dijo:
"¡¡¡Tanto control y tanto registro, y no han encontrado la propaganda ilegal que llevo para mañana escondida en los calzoncillos!!!"
Mi amigo y yo nos quedamos pálidos. El figlio de #$¡@ llevaba la ropa interior llena de propaganda para el Aberri Eguna y no nos había dicho nada cuando nos pidió que le lleváramos de Biarritz a Bilbao. Y yo, muriéndome de risa con el guardia civil que inspeccionaba mis discos en la frontera. Si nos llegan a pillar, de una buena paliza y algunos meses en la cárcel no nos libra nadie.
Y todo porque en Journey Through the Past aparecen unos cuantos racistas a caballo con sus cruces.
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