Por pura casualidad, esta tarde encontré unas anotaciones sobre un artículo, Bruma en la memoria, publicado por Gabriel Albiac el 30 de septiembre de 1999, creo que en EL PAÍS. Lo escribió en París, dice que en un puente sobre el Sena, y su espíritu continúa vigente hoy, quizás más aún que hace once años. El final dice así...
"Y yo, aquí, en la intemporalidad del puente en el cual leo este relato loco, evoco otra ciudad, otras gentes, otra Europa. Pensar era aún posible. Posible la filosofía, ese estricto terrorismo del lenguaje, para el cual no hay más que una regla de juego: ¡voladlo todo! Todo cuanto sensato, consensuado, todo cuanto repetitivo y aceptado, todo cuanto, al final, nos hace imbéciles. Estupor, exige Aristóteles. Estupor: sólo se piensa en lo salvaje. Lo conveniente es mierda."
En tan pocas palabras no se puede decir tanto sobre -en contra- del repugnante pensamiento único que todo lo invade, todo lo corrompe, todo lo convierte en basura fétida.
No hay comentarios:
Publicar un comentario