El pasado dos de diciembre, conté la divertida historia de este puente, conocido por todos como ZubiZuri, y por unos cuantos como la maldita pista de patinaje rompe coxis debido a su superficie deslizante. Para evitar más desgracias, cuando comenzó el lluvioso invierno (que en Bilbao el clima dicen que ha cambiado, pero sigue lloviendo a mala leche) el Ayuntamiento decidió poner esta poco vistosa pero segura alfombra. Aún no se sabe si Calatrava, el autor de la trampa mortal, perdón, del bello puente sobre La Ría, demandará al Consistorio por atreverse a mancillar tan arteramente su obra de arte.
De todas formas, como se puede ver debajo a la derecha, todavía existen jóvenes rebeldes en Bilbao que viven al filo del peligro, se niegan a transitar por la senda alfombrada y ponen en riesgo su vida... ¿acaso en un gesto solidario con el pobre arquitecto ultrajado?
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