lunes, 17 de enero de 2011

Profecía Autocumplida

El término de “Profecía Autocumplida” acuñado por R. Merton en 1948, hace referencia a la confirmación de nuestras expectativas. En este sentido, la teoría explica que, cuando mantenemos una firme creencia respecto a algo o alguien, acabamos corroborándola. Es decir, es una predicción que, una vez hecha, es en sí misma la causa de que se haga realidad.

La Profecía Autocumplida podría explicar que alguien que cree en el mal de ojo, la brujería o en el vudú, acabe padeciendo las desgracias que le dicen se le han impuesto mediante supuestas prácticas de magia negra siempre que CREA ciegamente en tales maldiciones.

Es un mecanismo que funciona de manera similar al convencimiento de las mujeres maltratadas de que son unas inútiles buenas-para-nada. De tanto escuchar esas acusaciones de boca de su pareja, estas mujeres no piensan que son una calamidad ambulante porque el maltratador se lo dice, sino porque en realidad CREEN realmente que lo son... y que es una idea que ellas han desarrollado por sí mismas sin intervención ajena.

De igual forma, si llevamos el mecanismo de la Profecía Autocumplida al mundo del fútbol español, nos encontraremos con que todos los equipos que se enfrentan al Barça están absolutamente convencidos de que van a perder, de que hagan lo que hagan, el resultado siempre va a ser el mismo: la derrota.

Desde el minuto uno de la Liga, y desde mucho antes, nos hemos visto sometidos a un incesante bombardeo propagandístico que nos conduce en una sola dirección: el Barça es infinitamente superior a TODOS sus rivales, juega mejor que ningún equipo en toda la historia del fútbol, tiene al mejor jugador de todos los tiempos y sus compañeros no le van a la zaga... ergo el Barcelona va a ganar sí o sí, te pongas como te pongas. Y ese convencimiento de que el Barça va a ganar todos sus partidos no es lo peor. Lo realmente nocivo es que, al igual que la mujer maltratada, los adversarios del Barça también piensan que va a ganar porque TIENE QUE GANAR y que sus victorias son buenas para el fútbol español, el fútbol mundial, el fútbol intergaláctico, e incluso supondrán un impulso para el descubrimento temprano de una vacuna contra el cáncer.

Leyendo la prensa, escuchando la radio o viendo la televisión, se recibe un mensaje incesante, constante, que va machacando en el inconsciente de los ciudadanos en general, y de los futbolistas ajenos al Barça en particular, que lleva a estos a creer realmente que van a perder. No es que lo piensen a nivel consciente, de la boca para afuera dirán las obviedades de siempre, que son 11 contra 11, que en el fútbol todo es posible, pero es que ese convencimiento de que van a perder lo llevan grabado a fuego en las neuronas como la mujer maltratada interioriza y hace suyo el mensaje de que es una inútil, y se comporta como tal.

¿Cuántas veces hemos leído o escuchado "para ganar al Barça tenemos que estar al 200% y que ellos tengan un muy mal día"? ¿Cuántos entrenadores reconocen abiertamente y sin sonrojarse que el Barça está a años luz de los demás, que da gusto verles en el campo y que lo único que les queda a los demás es pararse, admirarles y aplaudir cuando hacen la jugada del siglo de cada semana? Algunos, como Martín Lasarte, son conscientes del papelón de sus jugadores y lo denuncian en rueda de prensa, pero el mal está ya hecho: los jugadores de la Real Sociedad, como tantos otros, miraban a los blaugrana como las vacas al tren, 5 goles y para casita. Sólo les faltó pedir autógrafos o el balón firmado como recuerdo. A otros, como Lillo, rendidos, cautivos y desarmados por la excelencia culé, solamente les falta aplaudir con las orejas y celebrar enfervorecidos los goles que le van cayendo a sus equipos.

¿Y eso de que "ni siquiera les podemos parar a patadas porque no hay quien les alcance ni para sacudirles"? Falso de toda falsedad. Lo que en realidad se quiere decir es... "no podemos freírlos a patadas porque nos vamos a la puñetera caseta y los medios de comunicación nos van a linchar al día siguiente". Porque, además de convencidos de la derrota, hipnotizados por el mensaje que llevamos recibiendo desde hace muchos meses, los equipos que se enfrentan al Barça salen al campo amedrentados por el qué dirán si se les ocurre ni siquiera acercarse a alguna de sus estrellas con aviesas intenciones. Ni una mala patada, ni intención de darla. Y en caso de equivocarse, allí está un caballero disfrazado de árbitro para recordárselo.

El caso de los mundialistas culés es paradigmático: por decreto, porque "alguien" así lo ha decidido, han de ser recibidos en loor de multitudes en todos los campos y despedidos entre estruendosas ovaciones cuando son sustituídos, en especial Xavi e Iniesta. Cuando esto no sucede, véase el caso de Andrés Iniesta en San Mamés, el público deja de ser soberano para expresar sus opiniones y se elaboran estrañas teorías conspiranoicas para intentar explicar tan anómalo comportamiento. Eso sí, parece ser que los internacionales del Real Madrid, o de cualquier otro equipo, no tienen derecho a ese mismo recibimiento, a ese mismo homenaje.

Curiosamente, donde más dificultades está encontrando este Barça imperial es fuera de las fronteras del fútbol español: de no ser por un atraco descarado, jamás habría eliminado al Chelsea hace dos temporadas; el pasado año, un Inter teóricamente inferior, les dio un repaso en Milán y una lección táctica, de compromiso y de fuerza mental en el Nou Camp, y les privó del sueño de jugar la final de la Champions en el Bernabéu; esta misma temporada, las ha pasado canutas para empatar a domicilio con superpotencias del fútbol mundial como el Copenhagen o el Rubin Kazan. ¿Es que esos equipos son mejores que los de la Liga española para ponerle en más apuros al todopoderoso Barcelona que el Valencia o Sevilla? ¿O es que rusos y daneses no han padecido la campaña de ensalzamiento y subida a los altares del fútbol del Barça y, tal vez por ello, la Profecía Autocumplida de la que he hablado no funciona con ellos? 

sábado, 15 de enero de 2011

Steve Earle

A veces me vuelvo "ligeramente" obsesivo con una canción, la escucho una y otra vez, y otra, y otra, hasta que se graba a fuego en mis neuronas. Me pasó, por ejemplo, con esta versión de Wild Mountain Thyme cantada por Dick Gaughan, Emmylou Harris, Kate & Anna McGarrigle y Rufus Wainwright en un programa de TV que se llamaba Transatlantic Sessions. Mi obsesión llegó a tal extremo que me dediqué a buscar compulsivamente otras versiones de la canción, ya fuese con ese título o con los de Purple Heather (Van Morrison tiene una excelente en directo en la RTÉ Irlandesa) o Will You Go Lassie Go, hasta conseguir atesorar más de cien.
El otro día, buscando algún concierto que llevarme para escuchar en el coche, encontré el Hardly Strictly Bluegrass Festival, organizado por el Songwriter's Circle y celebrado el en el Golden Gate Park de San Francisco el 7 de octubre de 2006. No se puede decir que los cantantes que participaron en ese festival, Steve Earle, Billy Bragg, Guy Clark o Verlon Thompson, sean muy políticamente correctos, antes bien al contrario... así que son tipos que me caen bien, muy bien.
¿Un par de ejemplos? El bootleg lo abre Steve Earle con una canción titulada Fuck the FCC, dedicada a la Comisión Federal de Comunicaciones de los USA cuyo estribillo es tan explícito como elocuente:

Fuck the FCC
Fuck the FBI
Fuck the CIA
Livin' in the motherfuckin' USA

Y Billy Bragg aporta su granito de arena con Bush War Blues...

Well they spent a trillion dollars
On this illegal war
Could paid all the social security
For a hundred years or more

I got the Bush war blues
I got them Bush war blues
I got the Bush war blues
I’m gonna spread the news all around

Pero la canción que me tiene cautivado, completamente abducido, es Fort Worth Blues, dedicada por Steve Earle al desaparecido Townes Van Zandt. Obviamente no he podido encontrar en YouTube una grabación de ese concierto, pero sí esta otra. Prestad atención a los rostros de los asistentes al concierto, especialmente al del hombre barbado que aparece en el minuto 3:50. Me sentí identificado con él porque, según veía el vídeo, las lágrimas también surcaban mis mejillas...


Y por si no fuese suficiente, he aquí otra grabación de Fort Worth Blues en un concierto homenaje a Van Zandt en el que participaron, por ejemplo, Emmylou Harris o Nancy Griffith, la mujer que está sentada a la derecha de Steve Earle y que apenas si puede contener la emoción al final de este vídeo.


In Ft. Worth all the neon's shinin' bright 
Pretty lights red and blue 
But they'd shut down all the honky tonks tonight 
And say a prayer or two 
If they only knew 


You always say the highway was your home 
But we both know that ain't true 
It's just the only place a man can go 
When he don't know where he's travelin' to 


But Colorado's always clean and healin' 
And Tennessee in Spring is green and cool 
It never really was your kind of town 
But you went around with the Ft. Worth Blues 


Somewhere up beyond the great divide 
Where the sky is wide and the clouds are few 
A man can see his way clear to the light 
Just hold on tight 
That's all you gotta do 


And they say Texas weather's always changin' 
And one thing change'll bring is somethin' new 
And Houston really ain't that bad a town 
So you hang around with the Ft. Worth Blues 


There's a full moon over Galway Bay tonight 
Silver light over green and blue 
And every town I travel through, I find 
Some kinda sign that you've been through 


And Amsterdam was always good for grieving 
And London never fails to leave me blue 
And Paris never was my kinda town 
So I walked around with the Ft. Worth Blues



jueves, 13 de enero de 2011

Lindisfarne


Por pura diversión, de vez en cuando me da por hacer carátulas para los bootlegs que tengo por ahí (o para los que tienen mis amigos). Curiosamente, yo nunca las utilizo, simplemente las hago.

Si quieres ver una versión más grande...     Front       Back





miércoles, 12 de enero de 2011

Runrig

Como hoy estoy tremendamente vago, más incluso de lo habitual (sí, es posible), me limitaré a cortar y pegar el código de este vídeo de uno de mis grupos favoritos, los escoceses Runrig, en la etapa en que más me gustaban: antes de que se fuese su cantante original, Donnie Munro. Su actual vocalista, Bruce Guthro, es bueno, pero no es Donnie Munro.
     

Ésta es una canción, Loch Lomond, que interpretan en prácticamente todos sus conciertos y que los seguidores de la selección escocesa de fútbol cantan para animar a su equipo.
Y acojonan...
He aquí un enlace para comprobarlo. Escocia vs Holanda en Hampden Park
Pero después de escuchar la versión de Runrig en una actuación en el propio Loch Lomond. 
Que os vigilo...

PS Vista de Loch Lomond


martes, 11 de enero de 2011

Bobos de Oro

Hay un dicho que reza: “Si los hijosdeputa volasen, jamás veríamos el sol”. Trasladado al ámbito del periodismo deportivo español, más concretamente al que se ocupa del fútbol, podríamos afirmar, sin riesgo a equivocarnos, que, si los bobos volasen, padeceríamos un invierno nuclear que dejaría chiquitito al provocado por el impacto del meteorito sobre la península del Yucatán que causó la extinción, entre otras muchas especies, de los dinosaurios.
Desde las 8 de la tarde de ayer, y a lo largo de toda la jornada de hoy, he soportado los lamentos del coro de plañideras en que se han transformado los periodistas de deportes de este país. No se ha hecho mención de la conjura judeo-masónica contra todo lo que huela a español de puro milagro, pero casi. En su afán quejica y reivindicativo contra la supuesta maniobra antiespañola de Blatter y la FIFA, entes ambos dos que no cuentan con mis simpatías, he de aclarar, sólo les ha faltado retrotraerse a los tiempos en que la ONU condenó la dictadura franquista y las “masas enfervorecidas” salieron a las calles en apoyo del dictador. El eslogan, asaz ingenioso, que utilizaron, casi hasta les valdría hoy: “Si ellos tienen ONU (Messi), nosotros tenemos DOS (Iniesta y Xavi)”.
Pero, os estaréis preguntando, por qué digo que son bobos sin remedio, al tiempo que incoherentes en grado superlativo. La respuesta es bien sencilla: imaginad que Coca-Cola lanza una campaña de saturación publicitaria por tierra, mar y aire, a todas las horas y en todos los medios de comunicación a su alcance, ensalzando las virtudes de Pepsi (y juro que no quiero hacer un chiste utilizando Pepsi-Messi), y luego se quejase de que sus ventas se hunden en el abismo mientras que las de su principal competidor se disparan exponencialmente. Pensarías, y con toda razón, que son bobos (como mínimo), que les está bien empleado y que no tienen razón alguna para sus lamentos y lloriqueos.
Pues exactamente eso es lo que han hecho los medios de comunicación españoles, e incluso los propios nominados, y por lo tanto rivales, Xavi e Iniesta, y el mismísimo jefe de los tres, Pep Guardiola. Llevados de su humildad sin límites, de su humanismo (como decía Alfredo Duro esta mañana en Radio Marca), cada vez que se les preguntaba por su preferido para ganar el Balón de Oro, todos contestaban que, por supuesto, Leo Messi, que para eso es el mejor jugador del mundo. Pues en el pecado de la falsa humildad llevan la penitencia de que el argentino les haya birlado el galardón que creían suyo. Porque la cara que se les quedó a los tres, Iniesta, Xavi y Pep, cuando éste pronunció el nombre del ganador, les delata: sonrisa forzada, carita de circunstancias y un cabreo que a duras penas podían contener.
Y lo mismo podríamos decir de los periodistas españoles. Yo no sé si por contraponer a Messi, compendio de humildad, bonhomía, sencillez y cualquier otra virtud imaginada o por descubrir, con Cristiano Ronaldo, ese pérfido portugués, que no sólo es arrogante, prepotente, ególatra y egoísta, sino que lleva sobre su alma el baldón de pertenecer al Real Madrid, pero la presunta campaña “antiespañola” la han hecho los mismos que acusan a Blatter de ella. Esta misma mañana he tenido que escuchar a varios periodistas decir que, sin lugar a dudas, Leo Messi es el mejor jugador del mundo, para añadir a continuación… PERO NO en el año 2010. ¿En qué quedamos? ¿Es o no es el mejor del mundo? ¿O es que lo era en 2009 y lo es en 2011, pero no en 2010 porque no nos interesa, porque no cuadra con nuestra teoría de que el Balón de Oro tenía que ser, sí o sí, para un español?
Dicho sea de paso, si sólo hubiesen valido los votos de los corresponsales de France Football, el ganador habría sido Snejder y Messi ni siquiera habría quedado entre los tres primeros. Y es que la explicación a todo esto es más sencilla, y se la escuché ayer a Ricardo Gallego, exfutbolista del Real Madrid: la mayoría de los que votan, al margen de los periodistas, no ha visto un partido entero de Messi en todo el año, mucho menos de Iniesta o Xavi. A lo más que llegan es a ver resúmenes en los que aparecen las mejores y más espectaculares jugadas del argentino, con la banda sonora de unos comentaristas teniendo un orgasmo mientras el pibe se recorre el campo de lado a lado con el balón pegado al pie. Decidme cuántos partidos completos de los tres nominados habrán visto el capitán de Uzbekistan, el entrenador de Samoa o el técnico de las Islas Fidji. Pues ninguno, obviamente.
Por cierto, y para terminar, como no podía haber un día de felicidad completa para Jose Mourinho, algún desalmado ya se encargó ayer de hacer circular el rumor de que el entrenador del Real Madrid había exigido que se le garantizase que él iba a ser el ganador en el apartado de entrenadores… o no acudía a la gala.
Ningún día sin que salga el sol, ningún día sin que alguien le atice a Mou, con razón o sin ella.